Valle-del-Marne,Festival de OH!

1. Contexto

El Departamento del Valle del Marne se encuentra en los suburbios al sureste de París y tiene 1,35 millones de habitantes, con una superficie de 250 km2. Se caracteriza por su diversidad social, con zonas densamente pobladas y áreas periurbanas y con sectores acomodados de clase media y sectores populares, que en algunos casos viven en la pobreza. Tiene muchas comunidades de inmigrantes, cuya historia está en parte ligada a los movimientos migratorios de la posguerra. En lo social coexisten sentimientos de relegación y solidaridades específicas. Aquí existen fracturas que a veces son profundas y altos niveles de desempleo y precariedad social, pero también formas de resiliencia, manifestadas en la aparición de contraculturas o expresiones identitarias fuertes. El Marne y el Sena confluyen aquí y, junto con otros ríos urbanos más pequeños, constituyen un fuerte patrimonio hidrográfico. El Festival de ¡Oh! fue creado en 2001 a partir de dos observaciones: los ríos han tenido un papel importante en el desarrollo del Departamento, pero desde la prohibición de nadar, las ciudades han permitido a la industria monopolizar los usos de su patrimonio fluvial. Esto dio lugar a un deterioro del medio ambiente y a la falta de interés en el tema de la gestión del agua. El Festival de ¡Oh! encarna un movimiento de reconquista física (de los ríos y riberas) y política (de la gestión del agua). Si bien el Valle del Marne ha optado por realizar el saneamiento bajo un régimen de gestión administrativa directa (gestión pública), también se trata de hacer que los usuarios del saneamiento se conviertan en ciudadanos conscientes del impacto de su comportamiento y de los patrones de desarrollo urbano.

El festival se centra en la construcción de una relación compartida con el agua, basada en el vínculo entre el hombre y el hábitat, el respeto del recurso y el bien común.

En consonancia con la creación del Festival de ¡Oh!, el Valle del Marne se ha proclamado como el “Departamento del Agua” y ha reunido a numerosos actores vinculados a los recursos hídricos en torno al proceso del “Plan Azul”, cuya finalidad es mejorar la gestión de los recursos hídricos en todas las áreas. Se han elaborado políticas innovadoras relacionadas con la gestión de las aguas pluviales, la restauración de los ríos urbanos subterráneos y el acondicionamiento de las riberas.

2. El Valle del Marne y la cultura

Los objetivos de la política cultural del Valle del Marne son brindar acceso a todas las personas al arte y la cultura, así como promover la valorización del patrimonio, acompañar las artes contemporáneas y escénicas, alentar el libro, la lectura, el cine y el arte audiovisual, y promocionar la cultura científica. La política cultural se organiza en torno a dos grandes ejes estratégicos: la gestión de un museo de arte contemporáneo y la organización de un evento importante en el campo de las artes callejeras con el Festival de ¡Oh!. El Festival de ¡Oh! es parte de una visión cualitativa del desarrollo local, en la que el proyecto cultural se ensambla con otras políticas públicas (democracia participativa, lucha por el éxito académico, políticas ambiciosas de los recursos hídricos, etc.). Una gobernanza singular conecta, en las fases de construcción, los diferentes niveles de las autoridades territoriales (las ciudades y el Departamento) con los ciudadanos a través de actores asociativos. Cada año se financia un proyecto solidario en beneficio de una ciudad del mundo o de un operador asociativo, el cual está relacionado con el agua o con ciertos proyectos culturales. Algunos años, con un río invitado de honor, se construyen la programación y los debates con socios locales (Ganges, Níger, Ebro, San Lorenzo, Danubio, etc.). El Festival de ¡Oh! promueve la diversidad cultural a través del descubrimiento y el diálogo de las “culturas del agua”. Fomenta la diversidad de expresiones culturales, mediante el entre-cruzamiento de las disciplinas y los orígenes propuestos en la programación. Dedica un lugar a la dimensión intercultural, a través de proyectos de acción cultural de larga duración, que valorizan a las poblaciones de inmigrantes. El Festival de ¡Oh! promueve el acceso al universo cultural del agua; se aplica el principio de la gratuidad a toda la programación. Las residencias de artistas y la articulación con el programa educativo fomentan las capacidades expresivas de las poblaciones generalmente menos representadas en el espacio cultural.

3. Objetivos e implementación del proyecto

3.1. Objetivos principales y específicos

El Festival se centra en la construcción de una relación compartida con el agua, basada en el vínculo entre el hombre y el hábitat, el respeto del recurso y el bien común en la escala de la humanidad. También trabaja para unir las contribuciones, alentar las expresiones y promover la sostenibilidad de los proyectos.

3.2. Etapas principales

Se trata de sustituir una ecología “inculcada” por una ecología de lo sensible, construida por cada persona a través de la experiencia personal o colectiva. Esta experiencia comprende: un crucero (se alquilan unas veinte embarcaciones de pasajeros durante el Festival; cada pasajero puede elegir sus propias escalas); el acceso a la práctica de los deportes náuticos (el Festival moviliza a los clubes náuticos, principalmente de canotaje-kayak, pero también de vela o remo, así como a voluntarios y profesionales certificados para recibir y supervisar a los no iniciados); o el desarrollo de todas las formas de movilidad relacionadas con los cursos de agua (movilidad a lo largo de las riberas por senderos peatonales, ciclistas, préstamos gratuitos de bicicletas, recorridos con espectáculos, etc.). Las residencias, instalaciones, espectáculos y representaciones están concebidos a lo largo del curso de agua. Las propuestas permiten ver el territorio desde un nuevo ángulo, generando una transformación del paisaje que cuestiona la relación con el medio ambiente.

 Se trata de sustituir una ecología “inculcada” por una ecología de lo sensible, construida por cada persona a través de la experiencia personal o colectiva.

Los proyectos se llevan a cabo en el mediano plazo, con el fin de establecer lazos reales con el público basados en la confianza, la transmisión y el intercambio. El Festival alimenta de manera fuerte y concreta el imaginario colectivo. Participa de la emancipación de los individuos, ya que propone vivir una experiencia singular que les concierne directamente a ellos y a su entorno. Las artes callejeras tienen una fuerte función inclusiva, una capacidad real de incluir públicos alejados, fragilizados y poco habituados a frecuentar lugares culturales. El Festival acoge cada año, en formato de residencia o en formatos menores, a una quincena de compañías para realizar creaciones o adaptaciones de espectáculos. Por su parte, el Departamento facilita visitas a las instalaciones de saneamiento y la existencia de lugares dedicados al aprendizaje: las Casas del Agua (una en cada escala). A estos aspectos educativos implementados en los dos días del Festival de ¡Oh! se añade cada año una acción educativa y cívica destinada a estudiantes (se ofrece un crucero educativo a 5 000 niños con una mediación científica durante un semestre, en 24 clases) y una Universidad Popular del Agua y el Desarrollo Sostenible, la que ha recibido cerca de 20 000 personas en 15 años. Estos proyectos se basan en las prácticas de la educación popular y la mediación científica, como la consideración de los diferentes tipos de conocimiento, el cuestionamiento de las elecciones de la sociedad en materia de desarrollo, etc. Se trata de privilegiar las estrategias que suscitan el debate colectivo sobre temas ligados a los problemas del agua y de alentar a los participantes a aprovechar su experiencia personal, al tiempo que se legitiman formas de pensar alternativas y se subvierte el discurso dominante.

4. Impactos

4.1. Impactos directos

Impactos en el gobierno local

Se han establecido nuevas instancias de gobierno para promover una evolución de las políticas del agua, incluyendo la adopción del Plan Azul. También hay un impacto sobre la prioridad que se da a los proyectos de desarrollo o infraestructura (reapertura del Bièvre, recalificación de las riberas). La toma de conciencia por parte de todo el poder ejecutivo departamental sobre los temas ambientales generó un compromiso sin precedentes en la COP21 en París.

Impacto en la cultura y en los agentes culturales locales de la ciudad/territorio

Cada año, para la recepción del público y la protección de los embarcaderos, se reciben más de 700 solicitudes de voluntarios que se traducen en 200 contrataciones efectivas.

Impacto en el territorio y en la población

El Festival construyó una fuerte identidad territorial. Casi la mitad de la población participó del Festival al menos una vez. Un estudio de 2012, realizado in situ, indicó que el público era fiel, pero continuaba renovándose.

4.2. Impactos transversales

El Festival de ¡Oh! tiene un impacto en las políticas de turismo: es un argumento fuerte para defender su inclusión en una ruta cultural europea. Contribuye al debate sobre proyectos que pueden alimentar la construcción de nuevas instancias del Gran París, volviendo a colocar el patrimonio fluvial y la política cultural en el corazón de la construcción metropolitana. Tiene un impacto en las políticas de accesibilidad al permitir que numerosas instituciones de discapacitados participen en las acciones. Tiene un impacto en la vida cultural del Departamento, en particular en el campo de las artes callejeras, para las que constituye un elemento central y esperado. Actúa sobre todas las asociaciones medioambientales o de sensibilización medioambiental.

4.3. Evaluación

Entre 2007 y 2013 se llevaron a cabo doce estudios, investigaciones o auditorías de evaluación. En 2011, el Festival fue incluido en el sistema de gestión ambiental de la Dirección de Servicios del Medio Ambiente y Saneamiento del Valle del Marne y, en 2012 fue incorporado al alcance de la certificación ISO 14001 de dicha Dirección, renovada en 2015.

4.4. Continuidad

Se prevé que, a partir de 2017, el Festival de ¡Oh! será organizado por los nuevos Establecimientos Públicos Territoriales de la Metrópolis del Gran París, en una articulación estructurante con el Departamento, financiado con fondos de patrocinios corporativos y de la Metrópolis del Gran París. Estas perspectivas están todavía en estudio.

El festival construyó una fuerte identidad territorial. casi la mitad de la población participó del festival al menos una vez.

5. Otra información

El Valle del Marne fue candidato a la segunda edición del “Premio Internacional CGLU – Ciudad de México – Cultura 21” (enero–mayo de 2016). El Jurado del Premio elaboró su informe final en junio de 2016 y solicitó a la Comisión de Cultura de CGLU que difundiera este proyecto como una buena práctica de implementación de la Agenda 21 de la Cultura.

Texto aprobado en diciembre de 2016.

Buena práctica publicada en enero de 2016.

Este artículo fue escrito por Olivier Meier, Director del Festival de ¡Oh!, Valle del Marne, Francia.

Contacto: olivier.meier (at) valdemarne.fr

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