Roca Umbert Fábrica de las Artes: Espacios de creación cultural en Granollers

Contexto

Granollers es una ciudad de 60.000 habitantes situada 30km al norte de Barcelona, en España. Se caracteriza por el carácter industrial heredado del siglo XX, con una industria textil que llegó a ocupar al 71% de la población activa durante los años 50. El desmantelamiento de la industria tradicional obligó a diversificar su economía, y hoy también tiene un carácter cultural y creativo.

Granollers se proclama ciudad educadora, defendiendo una educación de calidad y diversificada que capacite a todas las personas para desarrollarse. El bombardeo de 1938 durante la guerra civil española fue determinante para que Granollers promoviera la cultura de la paz local e internacionalmente. La ciudad es compacta, amigable con las personas. Esto ha permitido recuperar espacios naturales, preservar la producción agrícola, y ampliar las zonas peatonales que fomentan la vida ciudadana. Crear este modelo ha sido posible por el tejido asociativo vivo y activo capaz de dinamizar la ciudad y por un liderazgo político con una visión a largo plazo determinante.

Granollers y la cultura

Roca Umbert Fábrica de las Artes (La Fábrica) es un proyecto holístico y estratégico impulsado por el gobierno municipal de Granollers (España). Parte de la transformación y rehabilitación de una antigua fábrica textil que cesó su actividad en 1991, para convertirla en un espacio de fomento a la creación y difusión de las artes, que contribuyese al desarrollo sostenible de la ciudad.

En 1991, con el cierre de la fábrica, se disponía de un espacio con infinitas posibilidades en el centro de la ciudad. En 1992, el gobierno municipal decidió destinar 20.000m2 –una gran parte del espacio que ocupaba la fábrica- a la creación de cultura y limitar así la creación de barrios residenciales que convirtiesen Granollers en una ciudad dormitorio. Además de fomentar la creación artística, apostar por un proyecto cultural significaba fomentar la cohesión, el desarrollo y la convivencia en un espacio situado en un barrio –Sant Miquel– caracterizado por una diversidad cultural que puede ralentizar la creación de estructuras comunitarias.

La decisión de transformar una antigua fábrica textil en un centro de creación artística puso los cimientos para que la ciudad destacara como un espacio de generación de cultura con una ciudadanía comprometida.

El proyecto parte de una necesidad, y se articula bajo distintas políticas culturales locales. Por un lado, la Agenda 21 de la cultura de Granollers, aprobada el 2006, la cual se basa en “el acceso de toda la ciudadanía a la cultura” y tiene como ideas vertebradoras “Granollers, espacio cultural compartido”, “Granollers educa: construye cultura” y “Granollers crea, la ciudad expresa”. Y, por otro lado, el proyecto impulsa los derechos culturales, la pluralidad, innovación y creatividad como herramientas para el desarrollo económico y la transformación social, según expresa el II Plan Estratégico de la ciudad.

Además de dar apoyo a la creación artística y cultural y a las industrias culturales y creativas para promover el desarrollo económico sostenible, La Fábrica impulsa un modelo de gestión basado en acuerdos con distintos agentes y en fórmulas pensadas para conseguir más eficiencia en cuanto a la gobernanza de la cultura, con la implicación de las entidades públicas, asociaciones y organismos.

La cooperación con centros educativos, mediante cursos o interacciones con artistas que incentivan habilidades entre los más jóvenes también es una de las mayores singularidades de La Fábrica. Igualmente, hay que subrayar el retorno social que los artistas deben asegurar en todas sus actividades, haciendo que el beneficio sea sociocultural, además de económico.

Objectivos e implementación del proyecto

Objetivo principal y específicos

El objetivo principal del proyecto es acercar la cultura a la ciudadanía y que ésta sea partícipe de todo el proceso de creación artística mediante nuevos formatos de organización y gestión. Se trata de integrar la cultura de forma transversal y cohesionar a la ciudadanía mediante el acceso y el acercamiento a la cultura a todas las personas, entendiéndose como un proceso creativo que puede generar sinergias y desarrollo sociocultural y económico.

Desarrollo del proyecto

Principales acciones desarrolladas

Los usos culturales que genera La Fábrica se reparten entre los distintos equipamientos culturales donde conviven artistas, entidades, profesionales de la cultura, de la comunicación y de las tecnologías de la información, y que colaboran bajo cuatro líneas de trabajo que marcan la dinámica del centro: el proceso creativo como alternativa a la producción finalizada, la fusión e interrelación entre disciplinas como herramienta creativa, la transversalidad entre el creador, el público y la ciudad, y la recuperación de la memoria histórica y patrimonial de la fábrica textil.

Los espacios que forman La Fábrica son: La Troca, centro de cultura popular vinculado a las entidades, Espai d’Arts (centro de exposiciones y residencias de artistas visuales), Biblioteca (aula de estudio, biblioteca del sur de la ciudad y centro de actividades de alto valor pedagógico), Sala Nau B1 (sala de conciertos), Bucs musicales (salas de ensayo y grabación para grupos emergentes), Centro Audiovisual, Centro Tecnológico y Universitario, Centro de Artes en Movimiento (dedicado a las residencias de danza, teatro y circo) y La Térmica (espacio catalogado como patrimonio industrial y con un programa museístico). Además, La Fábrica cuenta con el taller y archivo del fotógrafo Joan Fontcuberta, la escuela de teatro Arsènic, y el taller de elementos de cultura popular Sarandaca.

Como fábrica de creación, La Fábrica cuenta con distintos programas con actividades propias. El más singular el de residencias artísticas mediante convocatoria pública, que da apoyo a la creación contemporánea y facilita el marco de intercambio y colaboración de artistas, empresas y ciudadanos. La Fábrica acogió en 2017 un total de 107 residencias, 48 de las cuales correspondían a proyectos artísticos (20 de imagen, 6 de movimiento y 22 de música), 22 empresas, 15 a asociaciones culturales vinculadas a la cultura popular y 22 asociaciones culturales como compañías amateurs de teatro o de circo.

El programa de difusión de la fábrica lo integran festivales, exposiciones, talleres, etc. La programación de estos eventos se elabora a partir de la iniciativa local y los proyectos artísticos, que se retroalimentan. Algunas de estas actividades se originan directamente en el sector local y se integran en la programación de la fábrica. Es el caso de la programación de Microteatro, impulsado inicialmente por la escuela Arsènic; el festival anual de música Minibeat, nacido a petición de una asociación musical de la ciudad; o el Mercado Tecnológico, impulsado a petición del profesorado de la ciudad.

El programa de acción sociocultural impulsa el trabajo cultural con colectivos específicos, ya sean jóvenes (actividad circense), con diversidad funcional (danza integrada), etc. El programa educativo impulsa actividades gratuitas para escolares de Granollers para que conozcan los artistas residentes, el pasado industrial o el patrimonio de cultura popular. En otras ocasiones, debido a la singularidad de la demanda, la colaboración de la fábrica se centra exclusivamente en la cesión de espacios y dinamización.

La Fábrica genera cerca de 400.000 usos culturales anuales, incluyendo la participación en actividades de difusión como conciertos, charlas y presentaciones, así como ensayos y actividades en las que la ciudadanía es la productora de actividad (consultas en la biblioteca, reuniones de asociaciones, etc.)

Impactos

Impactos directos

Impactos en el gobierno local

Las iniciativas culturales traspasan las puertas de la antigua fábrica y la creatividad se ha convertido en un eje de la política municipal, implicando ámbitos diversos. Desde la promoción económica en un recinto donde se apoya a jóvenes emprendedores y se han instalado 22 empresas culturales con un total de 83 trabajadores, hasta el urbanismo con el proyecto “Muros que hablan” o con la instalación de una pieza de arte público del artista Jordi Benito en el Parque de Poniente.

El presupuesto del proyecto es de 1.526.000 euros anuales, de los cuales un 19% corresponden a ingresos generados por el proyecto. Es un proyecto municipal, así que un 73% de la aportación es local y un 7% de subvenciones y aportaciones del Gobierno de la Generalitat de Catalunya y de la Diputación de Barcelona.

Impacto en la cultura y en los agentes culturales locales

A nivel de agentes locales, el proyecto ha tenido un impacto en la cultura popular. Queda reflejado en el taller de las fiestas populares, un espacio de producción artística para los Blancs (‘blancos’) y los Blaus (‘azules’), dos grupos que se retan año tras año durante los días que dura la fiesta mayor de la ciudad. Esta festividad promueve la competitividad de forma moderada, la participación ciudadana y el liderazgo de las entidades, con la creación artística y cultural como resultado. También destaca el impacto de La Fábrica en el sector educativo juvenil, por la singularidad de las actividades propuestas para este colectivo.

Impactos en el territorio y la población

La Fábrica ha conseguido integrar el ámbito artístico en toda la ciudad. El proyecto garantiza el acceso a la cultura a aquellos colectivos que podrían quedar apartados. Se suma a las otras iniciativas públicas y privadas y a equipamientos de primer nivel como el Conservatorio o la escuela de música. Esto ha propiciado una creación artística local de calidad que representa, por ejemplo, el 20% del total de funciones en los teatros de Granollers.

Se promueve la inclusión e intercambio impulsando actividades que mezclan colectivos distintos para que el sentimiento de pertenencia y la cohesión sea real en una ciudad determinada por la diversidad cultural. Además, se trabaja en redes con financiación pública para cooperar con otros centros, como la Xarxaprod y la Transversal (ámbito de creación), la red XATIC o el Sistema Territorial del Museo de la Ciencia y la Técnica de Cataluña (patrimonio y turismo industrial), o la red Trans Europe Halles.

Un total de 48 proyectos artísticos utilizan anualmente la fábrica y desarrollan actuaciones de retorno sociocultural con el programa de residencias.

Evaluación

La Fábrica es un proyecto de proximidad con los usuarios, residentes y artistas. Se distribuyen encuestas online de satisfacción a aquellas personas que participan en las actividades. Por otro lado, se realizan encuestas de satisfacción a los artistas residentes y una entrevista final al responsable de la residencia. También se distribuyen encuestas a los centros escolares que visitan los espacios.

Por otro lado, se dispone de datos cuantitativos sobre usos diferenciados, entradas vendidas en conciertos y número de residencias y de trabajadores, entre otros. Esta información está recogida en una base de datos y permite definir indicadores de género, territorio, edad.

Factores claves

El éxito de La Fábrica se puede explicar por cinco factores. En primer lugar, es un proyecto transversal de ciudad pensado a largo plazo, y por este motivo, hoy no se entiende Granollers sin La Fábrica, igual que en el pasado no se entendía la ciudad sin la fábrica Roca Umbert. Además, es un proyecto legitimado ya que la ciudadanía ha participado en todo el proceso de transformación de la antigua fábrica y, por lo tanto, es corresponsable de sus resultados y agente fundamental para su desarrollo. En tercer lugar, la adaptabilidad a las necesidades de la ciudadanía y a los cambios del contexto. En esta línea, se tuvo claro que este espacio seguiría siendo un lugar para la cultura y un motor para el desarrollo económico, la creación de oportunidades y de fomento de la ocupación, lo que también explica el progreso tan positivo. Y, por último, el proyecto es un éxito por el retorno social exigido a todos los proyectos que quieren un lugar en la fábrica.

Continuidad

La Fábrica es un proyecto estratégico de ciudad sin fecha de finalización, con un financiamiento sostenible e inversiones progresivas según los recursos disponibles. Durante los próximos años, por ejemplo, se desarrollará un proyecto para promover el turismo industrial a la ciudad, recuperando el antiguo refrescador de la fábrica y definiendo un itinerario dentro del recinto que se comunique con el resto de la ciudad mediante las chimeneas de las fábricas.

La dirección general aporta una visión global al proyecto que le permite adaptarse a los nuevos tiempos y retos de futuro, que actualmente pasan por la capacidad del barrio de Sant Miquel de atraer negocios que tengan la cultura como base.

Lo que también garantiza su continuidad es que la toma de decisiones de las distintas líneas de trabajo sea no piramidal y cuente con la participación activa de la ciudadanía. Cuando las decisiones son compartidas, la corresponsabilidad y la legitimidad están aseguradas y fortalecen el proyecto.

La fábrica es un proyecto exitoso y consolidado que ha conseguido superar unos años complicados por la reducción de financiación. La dificultad de conjugar el equilibrio entre una estructura pública y prestar atención a la inmediatez ha sido un reto que se ha sabido afrontar.

Otra información

Granollers fue candidata a la tercera edición del “Premio Internacional CGLU – Ciudad de México – Cultura 21” (noviembre de 2017 – mayo de 2018). El Jurado del Premio elaboró su informe final en junio de 2018 y solicitó que la Comisión de Cultura de CGLU promoviera este proyecto como una de las buenas prácticas de implementación de la Agenda 21 de la cultura.

Este artículo fue escrito por Ester Prat Armadans, Coordinadora de proyecto de Roca Umbert Fábrica de las Artes de Granollers, España.

Contacto: eprat@rocaumbert.cat
Sitio web: www.rocaumbert.cat

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