El movimiento regional CULTURAT en Abitibi-Témiscamingue

Contexto

Abitibi-Témiscamingue es una región que tiene casi 145.000 habitantes y se ubica al oeste de Quebec. Con 65.000 km2, comprende cinco municipios regionales de condado que incluyen varias ciudades medianas y unas sesenta comunidades rurales -algunas de las cuales son muy pequeñas y por lo general aisladas-, en las que reside más de un tercio de la población. Abitibi Témiscamingue, cuya historia está estrechamente vinculada con la explotación de los recursos naturales, es reconocida por los gobiernos como una “región de recursos”, pero su aislamiento dificulta el desarrollo económico. Dominada por las industrias minera y forestal, la región tiene una población que fluctúa considerablemente en función de los rendimientos de estos mercados y su atractivo para retener la mano de obra es un reto importante, tanto para las industrias como para las PYME, para así mantener la continuidad de las actividades. El territorio también comprende siete comunidades algonquinas, aunque la creación de las reservas y la asistencia obligatoria de los jóvenes aborígenes a los internados escolares hasta fines de la década de los sesenta contribuyeron significativamente al debilitamiento de esta cultura en el territorio y al aislamiento de los miembros de las comunidades autóctonas.

Abitibi-Témiscamingue y la cultura

Culturat es un proceso de movilización regional desarrollado en 2012 que promueve las artes y la cultura como una práctica de desarrollo sostenible. Reúne a 62 municipios, siete comunidades algonquinas y diecisiete organizaciones de desarrollo signatarias.

Los 69 gobiernos locales signatarios se guían por varios principios rectores:

  • La cultura es una de las principales fuentes de movilización de una comunidad;
  • La diversidad cultural constituye una riqueza que debe ser preservada y promovida;
  • La integración de las artes y la cultura en el entorno de vida, así como un ambiente florido y acogedor, contribuyen a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos;
  • La efervescencia cultural y el grupo de artistas de gran calidad que tiene la región ayudan a mejorar la imagen de Abitibi-Témiscamingue y su atractivo, gracias a su mayor visibilidad en los medios de comunicación nacionales;
  • El nivel de orgullo y adhesión de la población contribuyen a atraer mano de obra e inmigrantes, así como a aumentar la cantidad de turistas;
  • El uso de productos regionales en los restaurantes de Abitibi-Témiscamingue estimula la economía y fomenta el desarrollo sostenible;
  • La educación desempeña un papel primordial en la valorización de la cultura y la apertura hacia los demás.

La Carta de CULTURAT compromete oficialmente a los municipios signatarios a desarrollar acciones concretas para el desarrollo de la cultura y el ordenamiento de los espacios públicos, con un enfoque que promueva el bien común y la innovación social.

Objectivos e implementación del proyecto

1. Objetivos principal y específicos

Culturat tiene como objetivo crear un polo de desarrollo importante en Abitibi-Témiscamingue a partir de la identidad, las artes y la cultura. Procura lo siguiente:

  • Catalizar el desarrollo social, económico y cultural, alentando a todos los actores de la comunidad a desarrollar las artes y la cultura en su territorio;

  • Crear espacios públicos animados, estéticos y acogedores;

  • Conocer, consumir y valorizar la riqueza cultural y artística local y regional.

  • Reunir a los pueblos autóctonos y alóctonos a través de ocasiones para el encuentro, la expresión y la valorización de la cultura algonquina;

2. Desarrollo del proyecto

Principales acciones realizadas

Hasta la fecha se han ejecutado casi 450 proyectos en el marco de Culturat, divididos en cuatro grandes iniciativas regionales: arte público, compromiso cultural, acercamiento de los pueblos y embellecimiento. Estas iniciativas responden a las orientaciones estratégicas del movimiento: crear y preservar una movilización basada en las artes, la cultura y la identidad, instaurar un clima propicio para la creatividad y la innovación y mejorar el atractivo de Abitibi-Témiscamingue y su posicionamiento cultural en el ámbito extrarregional.

Ejes 1 y 2: Valorizar las artes y la cultura, fomentar el consumo cultural regional y dar a conocer Culturat dentro de la región.

  • Contacto personalizado con varios actores específicos para alentarlos a unirse al movimiento (municipios, cámaras de comercio, empresas, etc.) y desarrollo de un enfoque segmentado por clientela.
  • Lanzamiento del sitio web CULTURAT.ORG y herramientas del CCAT (calendario cultural, directorio de artistas y organizaciones, boletín de prensa, Boutique de las Artes).
  • Herramientas personalizadas en el sitio web (listado de guías didácticas, guía para la compra de obras, guía de murales, etc.).
  • Campaña promocional y concurso: “Participa en la decoración” (243 propuestas de embellecimiento), “CULTURAT lanza la pelota”, “Mi verano CULTURAT” (168 participaciones), “Quiero conocerte”.

Eje 3: Difundir la cultura algonquina y trabajar para acercar a los pueblos.

  • Trabajo de fondo en el campo.
  • Jornada de Diálogo (conferencia y trabajo en red entre artistas autóctonos y alóctonos).
  • Establecimiento del Círculo Cultural Anicinabe.
  • Proyecto de cocreación con artistas autóctonos y alóctonos y desarrollo de proyectos (artísticos, de eventos, promocionales, etc.) relacionados con la cultura autóctona.
  • Promoción de la cultura algonquina (blogs, crónicas de radio, retratos, videos, etc.).

Eje 4: Dar a conocer Culturat a nivel nacional e internacional y ser parte de los principales objetivos de desarrollo sostenible.

  • Presentación del enfoque a organismos nacionales e internacionales (Patrimonio de Canadá, Unesco, Coalición para la Diversidad Cultural, Red Les Arts et la Ville, CGLU, etc.).
  • Candidatura al “Premio Internacional CGLU – Ciudad de México – Cultura 21”.
  • Desarrollo de una asociación con UQAT para documentar el proceso y con UQAM para realizar proyectos de investigación.

La Carta de CULTURAT fue firmada por 62 municipios (98% de la población), las siete comunidades autóctonas, las cinco cámaras de comercio y las cinco juntas escolares de la región, así como por muchos actores de la sociedad civil.

De los 450 proyectos ejecutados, 218 son iniciativas ciudadanas, 104 son proyectos escolares (varios de ellos con artistas alóctonos y autóctonos), 28 pertenecen a empresas, 66 a municipios y 55 a organizaciones diversas. Los municipios de Val-d’Or, Rouyn-Noranda y La Sarre establecieron comités para llevar a cabo los proyectos. Además, desde 2014 se han invertido más de CAD 750.000 en los medios de comunicación para la promoción de Culturat.

La población de Abitibi-Témiscamingue comprendió el proceso y ha adherido masivamente al movimiento, como lo demostraron los resultados de las encuestas. El 91% de los ciudadanos encuestados consideran a Culturat como un proyecto de la sociedad y el 98% como un proceso de valorización de los artistas y las organizaciones culturales locales. Del total, el 84% de los ciudadanos conoce Culturat y el 87% considera que el enfoque es relevante. Por último, el 69% de los ciudadanos encuestados habían participado en el proceso en forma directa o indirecta.

Este proceso ha impulsado proyectos multisectoriales y de múltiples partes interesadas. Entre los firmantes de la Carta se encuentran siete consejos de banda y dos centros de amistad aborígenes, los cuales forman parte del Centro Cultural Anicinabe. Artistas profesionales o semiprofesionales, autóctonos o alóctonos, participaron en más de 50 proyectos y cerca de 80 proyectos abordaron el acercamiento de los pueblos y la cultura algonquina. Los artistas y las organizaciones algonquinas, en particular, han recibido fondos para proyectos en este contexto.

Impactos

Impactos directos

Impactos en el gobierno local

En el territorio emerge la voluntad de hacer que los espacios públicos sean más atractivos y significativos, portadores de una identidad cultural colectiva. Las comunidades del municipio regional del condado de Abitibi ahora pueden reunirse alrededor de fuentes artísticas que representan su entorno de vida o su historia; las ciudadanas y los ciudadanos de Val-d’Or pueden reflexionar juntos sobre el uso y ordenamiento de los espacios públicos a través de un proceso de innovación abierto; en La Sarre y Rouyn-Noranda, los artistas se integran en los procesos de planificación urbana; empresas y ciudadanos solicitan cada vez más obras de arte exteriores.

Más allá de los proyectos realizados en cada territorio, se produjo un verdadero cambio de mentalidad en la gobernanza de los municipios participantes.

Impacto en la cultura y los actores culturales de la ciudad

La mayoría de los artistas que se unieron al movimiento desde el principio están experimentando ahora un éxito impresionante; las empresas, las escuelas y los municipios les solicitan regularmente que produzcan obras u organicen talleres. Culturat también realiza un aporte concreto a la profesionalización de los artistas autóctonos, haciéndolos participar en proyectos colectivos.

Impacto extendido en la ciudad o el territorio y en su población

En lo que respecta al acercamiento entre los pueblos, se está produciendo un verdadero cambio de mentalidad, en especial entre los niños en edad escolar, hacia un deseo mutuo de conocerse y reconocerse, con respeto y de manera positiva, a través de las artes y la cultura. Por otra parte, la transformación de los paisajes urbanos de Abitibi-Témiscamingue gracias a la incorporación de obras de arte público es un nuevo motivo de orgullo para la población de la región.

Evaluación

En la primavera de 2017, Turismo Abitibi-Témiscamingue (TAT) llevó a cabo un proceso de reflexión colectiva que condujo a la elaboración del plan estratégico 2017-2022. En primer lugar, se llevó a cabo una revisión estratégica que consistió en examinar la documentación, hacer una breve encuesta entre los ciudadanos, desarrollar un historial de las actividades de TAT y hacer un inventario de los resultados de Culturat. Como parte del diagnóstico estratégico, se consultó a las principales partes interesadas. Se analizaron los factores ambientales y se identificaron las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas (análisis FODA), los riesgos y los problemas para elaborar líneas de acción y reflexión. Por último, se formuló el plan de desarrollo estratégico que establece la visión de TAT, sus fundamentos y valores y sus misiones, define las principales orientaciones del movimiento y su estrategia de desarrollo y enumera recomendaciones y cursos de acción.

Tres universidades de Quebec (UQAT, UQAM y la Universidad Laval) también expresaron interés en realizar proyectos de investigación sobre el movimiento.

Factores clave

  • El apoyo de los medios de comunicación para promover el acercamiento a la población.
  • El enfoque personalizado y directo con cada uno de los municipios participantes, con estrategias de comunicación adaptadas, para crear communityship (liderazgo de una comunidad de personas, véase Henry Mintzberg).
  • La amplitud del proceso permitió que cada sector encontrara su lugar de acuerdo con sus propias prioridades.
  • La buena actitud de escucha del entorno permitió hacer reajustes constantes según las necesidades de cada sector.
  • La perseverancia y la pasión del equipo de Turismo Abitibi-Témiscamingue.

Continuidad

El plan de desarrollo estratégico presentado a fines de 2017 permitió clasificar las acciones de Culturat en cuatro proyectos regionales, lo cual aportó claridad al proceso y proporcionó pautas claras para acciones futuras. El ordenamiento cultural del territorio, la inclusión y la diversidad serán los próximos objetivos del proceso, así como la ecología y el medio ambiente.

El año pasado se fundó Minswashin, una organización algonquina, con la ayuda del equipo de Culturat. Su misión es producir y promover el arte anicinabe (algonquino), la profesionalización y la valorización de los artistas autóctonos. También se están desarrollando nuevas asociaciones, en particular con la organización Culture pour tous, en mediación cultural.

Información relacionada

La ciudad de Val-d’or, en nombre de la región de Abitibi-Témiscamingue, fue candidata a la tercera edición del “Premio Internacional CGLU – Ciudad de México – Cultura 21” (noviembre de 2017-mayo de 2018). El jurado del premio elaboró su informe final en junio de 2016 y pidió que la Comisión de Cultura de CGLU difundiera este proyecto como una práctica ejemplar de la implementación de la Agenda 21 de la Cultura y como mención especial de la tercera edición del Premio.

Este artículo fue redactado por Pascale Charlebois, coordinadora de Culturat y redactora estratégica. Turismo Abitibi-Témiscamingue, Quebec, Canadá.

Contacto: pascale (at) atrat.org

Sitio web de referencia: culturat.org

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