Cultura sin muros, cultura en plural

Contexto

La ciudad costera de Sfax (antiguamente, Taparura), es el segundo polo económico y demográfico del país. Agrupa a 8,5% de la población total, de los cuales el 40% son jóvenes. Su medina, rodeada de altas murallas del siglo XIII, se ubica en el centro de dos extensiones urbanas que datan de la época colonial y de la era poscolonial.

Con un litoral de 235 km, Sfax goza de una amplia apertura hacia el exterior que le ha dado un papel predominante en los intercambios comerciales tanto nacionales como internacionales desde hace siglos. Como centro de cultura oleícola y de producción de aceite pesado de Túnez, cuenta también con un vasto sector industrial y artesanal. Este dinamismo económico, al que se añade una universidad que agrupa a 50.000 estudiantes matriculados en 35 establecimientos universitarios, atrae a muchos ciudadanos del interior del país en busca de trabajo.

Sfax y la cultura

Antes de la caída de la dictadura en 2011, la política cultural local tunecina se vio limitada por una mala gestión y una censura parcial de la acción cultural, confiada generalmente a los organismos oficiales o a asociaciones preseleccionadas.

Esta situación se revirtió luego del levantamiento popular de 2011, gracias a la promulgación de nuevas leyes que autorizan a los ciudadanos que así lo deseen a organizar acciones culturales. A raíz de estos cambios, la Ciudad ha intensificado su colaboración con la red asociativa local para permitir que los actores culturales promuevan la acción cultural.

En Sfax, como en el resto de Túnez, el sector cultural se desarrolló ampliamente en simultáneo con la instauración de los derechos de libre expresión y asociación.

En pleno auge cultural, la ciudad debió enfrentarse a su falta de infraestructura. La infraestructura existente era insuficiente para satisfacer el deseo creciente de los ciudadanos y de los agentes culturales de hacer valer su derecho a la cultura. Se trataba de concretar en los actos el derecho a la cultura, aportando un apoyo moral y material a los profesionales de la región con el objetivo de que desarrollen su potencial, que había sido descuidado durante tanto tiempo por estar subordinado a una política centralizada de desarrollo local y nacional.

Para satisfacer estas necesidades, la ciudad se acercó a las asociaciones locales, financiando manifestaciones culturales, ayudándolas a crear espacios para realizar los espectáculos y ofreciendo capacitaciones en organización y gestión de actividades.

Uno de los ejes principales de la política cultural fue la democratización y la apertura de la población a la vida intelectual y cultural de Sfax.

Objetivos e implementación del proyecto

Objetivo principal y metas específicas

El principal objetivo fue movilizar los espacios abandonados con fines culturales y creativos, a fin de paliar la pobreza de infraestructura cultural en una ciudad con una elevada densidad demográfica, una población muy joven y un fuerte dinamismo económico.

Este proyecto pretende superar la concepción elitista de la cultura llegando a un público tradicionalmente excluido (campesinos, pacientes hospitalizados, presidiarios, etc.). Permite no solo acercar el público a las actividades culturales, sino también animar a los habitantes a crear y expresarse en un campo marcado por la diversidad, la convivencia y el desarrollo.

Se propone desarrollar infraestructuras culturales a través de una política de descentralización y de apoyo a las iniciativas privadas y ciudadanas.

Desarrollo del proyecto

Principales acciones realizadas

La reaparición del concepto de ciudadanía luego de décadas de dictadura ha generado una mayor participación de los habitantes en la vida cultural de la ciudad de Sfax, heredera de un patrimonio cultural, intelectual y artístico muy antiguo. En 2013, la Ciudad inició el programa "Sfax: Cultura sin muros, Cultura en plural". El objetivo de dicho programa fue restaurar las infraestructuras culturales locales y crear centros culturales dentro de las diferentes instituciones. A medida que avanzaba con los proyectos organizados, la ciudad se vio cada vez más capacitada para acoger y organizar eventos culturales de gran magnitud, hasta llegar a ser la capital de la cultura árabe en 2016. En dicha ocasión, el 70% de sus manifestaciones tuvieron lugar en el espacio público, con una convocatoria que ascendió a cerca de 200.000 personas.

Para sobreponerse a los problemas relacionados con la falta de infraestructura, la iniciativa "Mi parte de la cultura" buscó organizar eventos directamente en las calles. Una veintena de escenarios instalados en el espacio público albergaron más de 500 espectáculos de arte callejero ("Bab Diwane", "Jardín Dakar ", etc.), en el centro de la ciudad y en la periferia, y tres parques públicos acogieron obras de arte (como "Ser el Nawar" o "El secreto de las flores"). Se hizo hincapié en las zonas marginadas y rurales de Sfax que más sufren la carencia de actividades y de infraestructura, y los programas están destinados prioritariamente a las mujeres y a los jóvenes.

En el marco de la reforma penitenciaria, se organizaron actividades culturales (teatro, cine) periódicamente en la prisión civil de Sfax. Este esfuerzo fue coronado con la creación de espacios culturales dentro de la cárcel con el objetivo de sensibilizar, entretener y distraer a los prisioneros de su desolación y de la rutina.

En el marco del programa "Cultura para todos", se firmaron acuerdos con las instituciones educativas y los institutos superiores para crear centros culturales para los estudiantes universitarios y los alumnos de escuelas primarias y secundarias.

En 2017, la vida cultural de Sfax mejoró en todos los niveles, a pesar de que las dificultades relacionadas con la fragilidad de las infraestructuras persisten, por ejemplo, debido al cierre del teatro y de las salas de cine para su remodelación.

La ciudad de Sfax multiplicó sus esfuerzos para desarrollar sus infraestructuras culturales, hasta llegar a ser la capital de la cultura Árabe en 2016.

Gracias a la movilización de la sociedad civil y a la colaboración de las partes interesadas, el presupuesto dedicado a la cultura en la región ha aumentado considerablemente (prácticamente se duplicó en cuatro ocasiones), a pesar de que la recaudación oficial no varió de un año a otro. En 2016, año en que Sfax fue la capital de la cultura árabe, alcanzó una cifra excepcional de TND 7.000.000.

Por último, la cantidad de afiliados a las instituciones culturales asociadas al comisionado regional de la cultura también ha visto un gran incremento. Así, el número de afiliados al conservatorio de Sfax pasó de 800 en 2013 a 1.200 en 2017, y el de los miembros de los clubes especializados dentro de la Casa de la Cultura pasó de 39 en 2013 a 81 en 2018.

Impacto

Impacto directo

Impacto en el gobierno local

A través de este proyecto, la municipalidad y la delegación regional de Sfax trabajaron sinérgicamente sobre la política cultural y la política de ordenación del paisaje urbano, para permitir el despliegue de las actividades culturales previstas. La difusión de obras de arte en el espacio público contribuyó al embellecimiento del paisaje de la ciudad, y el entusiasmo del público por las manifestaciones culturales en el espacio público ha revitalizado los comercios, así como los servicios de hotelería y restauración.

Impacto en la cultura y los agentes culturales de la ciudad

El proyecto ha transformado el paisaje cultural y asociativo de la ciudad, con la aparición de 10 espacios privados dedicados a la cultura en 2018 (mientras que solo existía uno en 2013), de los cuales tres se ubican en zonas marginadas: Joker prod en Sfax ciudad; teatro Green en la Cité Bahri; el espacio Mask en Mahres y atelier 271 en Aguereb, entre otros. El número de asociaciones culturales también se duplicó entre 2013 y 2018, pasando de 160 a 330, y el de clubes culturales creció de 39 a 81.

Los socios institucionales de la ciudad también han participado en este crecimiento, entre ellos: el Comisionado regional de educación, la universidad de Sfax y los institutos superiores, la municipalidad de Sfax, el Instituto Francés de Túnez, y el Comisionado regional de turismo.

El proyecto ha transformado el paísaje cultural y asociativo de la ciudad, con el surgimiento de iniciativas privadas y la duplicación del número de asociaciones culturales y clubes culturales.

Impacto extendido en la ciudad o el territorio y su población

La atención prestada a la difusión de las iniciativas en las pequeñas aldeas y barrios populares permitió iniciar a los jóvenes en el arte y la cultura, alejándolos así de la delincuencia y el oscurantismo. Asimismo, se ha observado una creciente participación de las mujeres en esas manifestaciones, incluso en los círculos más conservadores, lo cual muestra el papel importante que desempeña la cultura en la creación de vínculos sociales más progresistas.

Evaluación

La Comisión se reúne periódicamente con los servicios administrativos y el Consejo de administración integrado por representantes de los directores de instituciones culturales y representantes sindicales. Del mismo modo, se implementaron una celda de recopilación de datos y una evaluación de la situación de la administración, así como un consejo cultural que integra a las asociaciones e instituciones regionales. El Consejo evalúa las orientaciones generales de la política cultural y garantiza la calidad y la diversidad de la oferta cultural. En 2016, se encargó a un Consejo Cultural que reúne a más de cien intelectuales y representantes de la sociedad civil que evaluara el funcionamiento del evento “Sfax: capital de la cultura árabe".

Factores claves

Ha habido cuatro factores clave que contribuyeron al éxito de este proyecto. En primer lugar, la presencia de un público motivado y ávido de cultura, que debió manejarse y controlar en el espacio público. El proyecto contó además con el compromiso de una amplia red de 1.681 asociaciones (entre las cuales, 319 eran asociaciones culturales).

La puesta a disposición de espacios en los establecimientos escolares y universitarios y la participación del cuerpo de profesores permitieron llegar a un gran número de jóvenes. Por último, la elección de Sfax como capital de la cultura árabe en 2016 por la ALECSO (Organización de la Liga Árabe para la Educación, la Ciencia y la Cultura) fue determinante para aumentar el presupuesto dedicado a la ordenación de los espacios públicos y para facilitar los intercambios con los actores culturales.

Continuidad

El nombramiento de "Sfax: capital de la cultura árabe" en 2016 demostró la transformación cultural de la región después de 2011; pero el problema de espacio e infraestructura persistía. De allí surgió el proyecto de acondicionamiento "Chott El Krekna" del espacio público en la ciudad. Se prevé crear un complejo cultural, un café cultural, espacios de esparcimiento y un escenario flotante en 3 hectáreas situadas a lo largo de la costa, donde se otorgará gran importancia a las artes callejeras. El costo del proyecto, financiado por el municipio y el Ministerio de Cultura, se estima en TND 6.000.000. El ayuntamiento supervisará su construcción. El estudio técnico fue realizado por un estudio privado en coordinación con el comité directivo de eventos culturales.

Otros proyectos futuros incluyen la adaptación de los jardines públicos para generar espacios de intercambio de libros y la construcción de nuevos escenarios públicos en los barrios populares de la ciudad (Cité El Habib y Sidi Mansour).

Otra información

La ciudad de Sfax fue candidata a la tercera edición del "Premio Internacional CGLU - Ciudad de México - Cultura 21" (noviembre de 2017 y mayo de 2018). El jurado del premio elaboró su informe final en junio de 2016 y solicitó a la Comisión de cultura de CGLU que difundiera este proyecto como una práctica ejemplar de la implementación de la Agenda 21 de la Cultura.

Este artículo fue redactado por Rabiaa Belfguira, delegado regional de cultura de la ciudad de Sfax, Túnez.

Contacto: Man.cult.sfax@gmail.com

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