Políticas culturales de Barcelona

1. Contexto

Barcelona, capital de Cataluña, cuenta con 1.620.943 habitantes (2012) en 100,39 km². Queda situada entre el Mar Mediterráneo y la Sierra de Collserola, delimitada al sur por el río Llobregat y al norte por el río Besós.

La ciudad ubica las instituciones de autogobierno más importantes de Cataluña como la Generalidad de Cataluña y el Parlamento de Cataluña. Por lo tanto, Barcelona, es la capital de Cataluña, y el Ayuntamiento de Barcelona es la institución que gobierna y administra los intereses de la ciudad. La Carta municipal de Barcelona es el instrumento legal que refuerza y garantiza la autonomía de la ciudad.

Reconocida internacionalmente por su carácter cosmopolita y su importancia cultural, turística y financiera, ha sido sede de diversos eventos mundiales de relevancia como por ejemplo, los Juegos Olímpicos (1992) o el Foro de las Culturas (2004). Desde el ámbito de la economía, cabe destacar que el producto interior bruto (PIB) en 2012 alcanzó los 61.915,2 millones de euros. En el valor añadido bruto destaca el peso los servicios a las empresas e inmobiliarios (24% del total), seguido de los servicios colectivos, la industria, el tercer sector y el transporte. El área de Barcelona concentra 212 parques tecnológicos.

Urbanísticamente, Barcelona está distribuida territorialmente en diez distritos, debido a razones históricas. Este hecho facilita una administración bastante descentralizada. Asimismo, cada distrito está formado por varios barrios, por tanto, el carácter vecinal de la ciudad es muy importante. El núcleo urbano de la región metropolitana de Barcelona aglutina 5.012.961 habitantes.

También es necesario destacar que socioculturalmente, el 20 % de los residentes en la ciudad son extranjeros. Los cinco países de origen de los extranjeros son: Pakistán, Italia, Ecuador, China y Bolivia. Otro hecho destacable, es la coexistencia lingüística del catalán y el castellano, lengua oficial de Barcelona, que hace que esta sea una ciudad bilingüe, aunque se hablan actualmente más de 200 lenguas.

2. Barcelona y la cultura

Barcelona concentra más de la mitad del empleo de las industrias creativas de Cataluña.

2.1. Barcelona como sede numerosos equipamentos culturales

Barcelona cuenta con más de 90 museos y colecciones, y innumerables equipamientos culturales de proximidad como bibliotecas, centros cívicos, teatros, salas de conciertos, etc. La ciudad alberga los grandes equipamientos, como el Picasso, el MNAC o el Museo de Ciencias Naturales, entre otros.

2.2. Barcelona, ciudad patrimonial

La ciudad de Barcelona tiene importantes zonas arqueológicas y patrimoniales, que datan desde el asentamiento romano, a monumentos religiosos y otros usos de diversas épocas. Ocho edificios han sido designados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, perteneciente la mayoría de ellos en la reconocida época modernista catalana. Además hay un gran patrimonio artístico contemporáneo a través del legado de artistas como Gaudí, Miró, Dalí o Tàpies.

2.3. Barcelona y el tercer sector cultural

El número de organizaciones registradas en la ciudad de Barcelona, con personalidad legal, que no son ni lucrativas ni públicas, llega casi a 800 entidades. El carácter de estas entidades abarca desde las que se dedican a difundir la cultura popular tradicional catalana, hasta las que trabajan para la innovación tecnológica y creativa.

2.4. Barcelona como referente internacional en materia de turismo

Según Turismo de Barcelona, en 2010 más de 7 millones de personas visitaron la ciudad, siendo esta la sexta ciudad europea en el ranking de visitas turísticas.

2.5. Barcelona, ciudad universitaria

Actualmente existen 14 universidades privadas y públicas en la ciudad.

3. Objetivos y retos

Por otra parte, los principales retos de la ciudad en torno a las políticas culturales se dividen los siguientes seis bloques:

a) Es importante conseguir una mayor democratización cultural favoreciendo el acceso a la cultura desde la comunidad artística y creadora; por ejemplo, poniendo a su alcance recursos para la promoción de la producción cultural o redefiniendo las Fábricas de Creación de la ciudad . Y también, desde la propia ciudadanía, convirtiendo a los consumidores de cultura en protagonistas, a través de la promoción de la red de equipamientos culturales de proximidad o creando estrategias adecuadas entre equipamientos y entidades culturales (políticas de precios, nuevos públicos , etc.).

b) Habría que aprovechar y potenciar al máximo la capacidad innovadora y creativa que la propia ciudad se genera, haciendo de la economía del conocimiento un motor para la propia ciudad. Es esencial, entonces, impulsar nuevos proyectos de innovación y de emprendimiento creativa aprovechando, por ejemplo, la celebración del Mobile World Capital, o favorecer los intercambios artístico-culturales con otras ciudades, para aumentar la presencia internacional del sector cultural de la ciudad. En este sentido, es important impulsar la excelencia cultural y artística de la ciudad, creando espacios donde ésta se pueda desarrollar fácilmente. Se convierte, por tanto, en un reto trabajar estratégicamente en clave ciudad con universidades, centros y parques de investigación y tecnología, para promover la innovación que desde aquí se genera.

c) Por otro lado, conseguir Barcelona en ciudad educadora, es otro reto de las políticas culturales de la ciudad. Hay que crear estrategias compartidas desde los campos de la educación y la cultura, elaborando, por ejemplo, el mapa de los enseñanzas artísticas regladas y no regladas en la ciudad a fin de instaurar un nuevo modelo en colaboración con los centros existentes, públicos y privados.

d) Otro reto es llegar a revalorizar el patrimonio cultural de la ciudad como generador de conocimiento y que éste esté al alcance de la ciudadanía. Algunas medidas significativas que abordan este reto son por ejemplo: convertir el Diseño Hub Barcelona en un espacio dinámico de gestión pública -privada compartida; abrir el Born como centro patrimonial de interpretación de los hechos de 1714; definir el proyecto de Museo de las Culturas del Mundo; o potenciar los usos del Castillo de Montjuïc.

e) Un segundo reto es poder reflexionar, difundir y proyectar internacionalmente la identidad y la cultura catalanas en el siglo XXI. En este sentido, es importante fomentar el catalán como lengua propia de la ciudad y expresión última de su identidad cultural. Y segundo, promover las manifestaciones de cultura popular y tradicional catalanas, potenciando el trabajo en red de los equipamientos de la ciudad que hacen difusión.

f) Finalmente, el sexto reto actual de las políticas culturales de la ciudad de Barcelona, es conseguir una mejora en los modelos organizativos, y en los sistemas de financiación y gestión. En este sentido, es esencial que las políticas culturales consigan estímulos fiscales para el mecenazgo, incrementando el patrocinio de las actividades culturales e impulsando fórmulas alternativas de financiación de programas.

Aprovechar y potenciar al máximo la capacidad innovadora y creativa que la propia ciudad genera, haciendo de la economía del conocimiento un motor para la propia ciudad.

4. Las políticas culturales de Barcelona

Actualmente, las políticas culturales de la ciudad de Barcelona, se resumen sobretodo en diez medidas que se están llevando a cabo durante el actual mandato político (de 2011 a 2015):

a) Promover estrategias que permitan a las iniciativas y proyectos con un alto nivel de excelencia en sus propuestas encontrar en la ciudad las condiciones para desarrollarse.

b) Impulsar una estrategia compartida desde los campos de la educación y la cultura para promover el conocimiento y la creatividad en la ciudad. El trabajo conjunto con las escuelas es esencial. Se busca potenciar las actividades pedagógicas en los centros culturales de la ciudad y programar iniciativas que acerquen a los escolares a la oferta cultural de la ciudad. Por otra parte, se está mejorando la conectividad entre las escuelas y el barrio, con la finalidad de favorecer la igualdad de oportunidades y la cohesión social en los barrios.

c) Impulsar la innovación y la creatividad en todos los ámbitos, como motor de la economía del conocimiento, y fomentar la creación de clusters con valor añadido a la ciudad. Hay que Barcelona funcione como laboratorio cultural, posicionando las Fábricas de creación y el DHUB y promoviendo la innovación tecnológica y los sistemas de gestión de los diferentes equipamientos culturales de la ciudad.

d) Poner al alcance de la comunidad artística y cultural los recursos necesarios para promover el trabajo y la producción cultural a todos los niveles y fomentar en todo el territorio proyectos donde los ciudadanos, además de consumidores de cultura, puedan ser protagonistas.

Las políticas culturales de Barcelona han conseguido que los equipamientos de proximidad como las bibliotecas, los centros cívicos y los ateneos, entre otros, configurados como nodos culturales de conocimiento configurados en red, imprescindibles para el funcionamiento cotidiano de la ciudad.

e) Poner en valor el patrimonio cultural de la ciudad como generador de conocimiento y impulsar la labor de los museos y archivos para que pongan al alcance de todos los ciudadanos y ciudadanas la riqueza y diversidad de los tesoros culturales de Barcelona. Por esta medida hay proyectos concretos como: revalorizar el Plan Barcino, impulsar el Servicio de Arqueología, recuperar la Barcelona judía, etc.

f) Promover las manifestaciones, fiestas y entidades de cultura popular y tradicional de Cataluña, para favorecer la modernización y la dotación de infraestructuras, y fomentar su contribución a la cohesión social en los barrios de la ciudad.

g) Fomentar la difusión, la extensión y la proyección del catalán como lengua propia de la ciudad y como expresión última de su identidad cultural. Se busca promover la extensión en el territorio de los actuales espacios de Lengua y Cultura para que conviertan centros dinamizadores del aprendizaje del catalán, con la colaboración los equipamientos.

h) Posicionar la cultura y la creatividad de Barcelona en el mundo a través de una mayor presencia internacional de los proyectos y equipamientos culturales de la ciudad.

i) Promover una Barcelona que hace de capital de Cataluña, haciéndose propia diversidad y el dinamismo de todo lo que pasa en el país y fomentando su proyección. Barcelona alberga grandes equipamientos de capitalidad como el MACBA, Picasso, MNAC, etc. es por ello importante, ejercer como capital de Cataluña, de manera responsable, a través del trabajo en red con otros municipios del país. También hay que impulsar Barcelona como polo de atracción cultural, de creatividad, conocimiento e innovación de la cultura catalana para los visitantes. Además, en 2014 será el año temático de los 300 años de los hechos de 1714, lo que ayudará a reflexionar sobre la identidad y la cultura catalanas en siglo XXI.

j) Elaborar y llevar a cabo propuestas para mejorar los modelos organizativos y los sistemas de financiación y de gestión. Algunos ejemplos para llevar a cabo esta medida es optimizar los recursos para la cultura, incrementar el empleo de auditorios y salas de artes escénicas o mejorar la gestión de las guarderías municipales.

En este sentido, los programas y proyectos más significativos que ilustran las políticas culturales de la ciudad son:

  • Consejo de la Cultura de Barcelona
  • Fábricas de creación
  • Creadores En Residencia
  • Festival Grec
  • Disseny Hub Barcelona
  • Plan Barcino
  • Born Centro Cultural
  • Red de Bibliotecas de Barcelona
  • Barcelona Lab

Las políticas culturales de Barcelona han conseguido que los equipamientos de proximidad como las bibliotecas, los centros cívicos y los ateneos, entre otros, configurados como nodos culturales de conocimiento configurados en red, imprescindibles para el funcionamiento cotidiano de la ciudad. Este hecho se traduce en mayor democratización cultural.

El fomento de la cultura popular tradicional catalana ha producido que cada vez más las fiestas tradicionales de los barrios y los eventos de carácter tradicional conviertan grandes instrumentos para la cohesión social, la promoción de la identidad y la recuperación los espacios públicos.

La conservación y difusión del patrimonio cultural de la ciudad, ha desarrollado un importante ejercicio económico vinculado sobre todo al turismo cultural de la ciudad, lo que repercute, por una parte, a la mejora de las comunicaciones y los transportes de la ciudad, y por otro, el reconocimiento internacional de Barcelona como ciudad cultural por excelencia.

En el caso de las políticas culturales de la ciudad de Barcelona, la Agenda 21 de la cultura ha contribuido a poder diseñar políticas culturales más enfocadas en torno a la promoción de la diversidad cultural y los derechos individuales. Además, con la Agenda 21 de la cultura se ha legitimidado la cultura en su multiplicidad de expresiones, creando poco a poco la necesidad de tener una mirada cultural sobre todos los proyectos de la ciudad (urbanísticos, económicos o sociales). En definitiva, la Agenda 21 de la cultura ha ayudado a utilizar el hecho cultural como dimensión esencial del desarrollo sostenible..

5. Otras informaciones

Esta ficha fue escrita por Esteve CARAMÉS, asesor técnico del Institut de Cultura de Barcelona

Contacto: ecarames(at)bcn.cat

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